lunes, 4 de diciembre de 2017




CUENCA: BREVE HISTORIA DE LA UVA Y EL VINO.
Por: José Luis Espinoza E.

El cultivo de la uva y la producción de vino fue una obsesión de los españoles e igualmente de los cuencanos, pese a la adversidad que representaban este suelo y clima. La historia local registra desde muy temprano datos que demuestran el interés por el cultivo de esta deliciosa fruta y de la intención de hacer vino. Para los españoles originarios de la zona mediterránea, no era extraña la costumbre de beber vino pese a su lejanía.
Esta tradición cultural muy antigua se ve reflejada en los documentos históricos y también en los estudios arqueológicos locales. Los documentos de Cabildos de Cuenca de finales del siglo XVI refieren a la merced de tierras solicitadas por los vecinos españoles para el cultivo de sus viñas. Por otro lado, excavaciones arqueológicas realizadas en Cuenca por el Dr. Ross Jamieson profesor de la universidad Simon Fraser de Vacouver, revelan la existencia temprana de vestigios de botijas españolas con paredes delgadas, en las que se traía desde España y muy temprano el apreciado licor.
Girolamo Benzoni, cronista italiano de paso por lo que hoy es el Ecuador ya 1550, hablaba ya de los frutos existentes en la región, y sobre la esperanza de los pobladores locales por cultivar uvas y hacer vino, para entonces manifestaba lo siguiente: “… en la realidad jamás se verán dichos productos en esos países, pues los aires y las constelaciones de los tiempos son del todo diferentes a los nuestros [Europa]…además…la bondad de Dios no ha querido conceder a estos brutos un licor tan bueno, sino que únicamente les ha dado las cosas que son necesarias…para sustentar la vida de conformidad con su estado.” (Benzoni 2000, 119).
La realidad de esos tiempos no es la misma para la actualidad, cuando la técnica y la capacidad humana permiten tener cepas híbridas que se adaptan a algunas regiones y se hacen buenos vinos como los que ya se producen en el Ecuador.
El Libro de Cabildos de Cuenca entre algunas solicitudes de tierras para viñas, registra este del 10 de Julio de 1577. “Ilustre Señor, Benito Sánchez vezino desta civdad, besa las manos de vuestras mercedes y digo que yo quería hacer y plantar vna viña y heredad de árboles de Castilla en el valle de Xirón…a vuestras mercedes pido y suplico se me haga merced de me proveer sesenta cuadras de tierra…..para hacer la dicha viña y heredad y plantar árboles de Castilla….” (Cuarto Libro de Cabildos 1575-1576,1577-1578 f123 (120)123). El Cabildo atendió dicha petición y le otorgó 58 cuadras de tierras a Benito Sánchez.
Otra petición, registra una merced de tierras, el 26 de Julio de 1577. “Ilustre señor, Martin Hernandes Lozano vezino desta ciudad, beso las manos de buesas mercedes y digo que para plantar viñas y olivares y higueras y granadas y membrillos y para sembrar algún trigo y mays para el sustento de la dicha heredad, tengo la necesidad de cincuenta e ocho cuadras de tierras el valle de Jiron…” (Cuarto Libro de Cabildos 1575-1576,1577-1578 f133 (129)133).
Los libros de Cabildos de Cuenca, igualmente registraron datos referentes a la existencia y costos del vino en la ciudad.
El 17 de junio de 1610 el Cabildo manifestaba los siguiente:” Y atento a que hay siete pulperías en esta ciudad donde venden vino, mandaron que cada un pulpero en cada semana, de una botija de vino que le traigan a vender den doce reales, atento que en el precio se les ha subido”. (Libro de Cabildos de la ciudad de Cuenca 1606-1614 f. 66:68). Este dato es interesante por cuanto revela el número de tiendas que había en Cuenca y el precio que tenía cada botija de vino.
El 9 de octubre de 1613 el Cabildo registra: “Y asimismo, se acordó en este cabildo, que por cuanto al presente hay en esta ciudad mucho vino, mandaron que se venda el cuartillo de vino a seis reales, y se pregone públicamente…” (Libro de Cabildos de la ciudad de Cuenca 1606-1614 f.161v: 164). Es evidente que el costo del vino bajara debido a la abundancia, los precios eran regulados por el cabildo y debía de hacerse conocer a los ciudadanos a través de los pregones.
Posteriormente para el siglo y XVIII, cuando ya se producía vino de Ica región de la costa peruana, el vino se lo traía en grandes botijas de fabricación local, sus paredes eran gruesas y sus restos fueron igualmente encontrados en las excavaciones arqueológicas de Cuenca y Riobamba, en las que tuve la suerte de participar y ser fiel testigo de esos encuentros. Las botijas son muy comunes en museos y algunas personas las tienen todavía en sus casas como decoración.
Paralelamente al vino, la producción temprana de chicha de maíz y trago de caña de azúcar seguramente competian con el vino importado; por lo que, la costumbre de consumir vino bajó paulatinamente. Pero eso no significaba que no se consumiera vino por completo. En el S. XIX, aunque este era importado en botellas, fue generalmente utilizado en ocasiones especiales por la gente pudiente.
La obsesión por el cultivo de la uva siempre fue persistente y algunas personas progresistas intentaban sembrar la uva en sus huertos. Para los años 70s, italianos misioneros del colegio Agronómico Salesiano en la Av, Don Bosco, tenían un huerto de uvas de media hectárea al puro estilo europeo. Se cultivaba la uva negra y su fruto era tan grande como los importados de hoy.
Por otro lado, era típico ver en los viejos jardines de algunas familias cuencanas, plantas de uva con frutos de no buena calidad, pero lo tenían más por costumbre que por la calidad del fruto. Mis abuelos contaban con algunas parras de troncos muy gruesos que con el pasar del tiempo sobreviven aún.
Hoy por hoy, se cultiva una uva verde de regular tamaño y de agradabilísimo sabor; es la mejor adaptada, pese a que es atacada por un polvillo blanco, que daña fruto y hojas.
En cuanto a vinos la facilidad del transporte moderno ha hecho posible que los cuencanos tengamos acceso a los mejores vinos del mundo y de que ya se produzca en el Ecuador vinos de alta calidad.
Salud y vida para todos!, que: “el más ingrato licor lisonjea el apetito”, como dijera el Corregidor de Cuenca, don Joaquín de Merisalde Y Satistéban, en 1765.

BIBLIOGRAFÍA:
- Benzoni, Girolamo. 2000. La Historia del Mondo Nuovo (relatos de su viaje por el Ecuador, 1547-1500). Guayaquil: Banco Central del Ecuador.
- Jamieson, Ross. 2003. DE TOMEBAMBA A CUENCA, ARQUITECTURA Y ARQUEOLOGIA COLONIAL. Cuenca: Universidad de Cuenca, Banco Central, Abya-Yala.
- Libros de Cabildos de la Ciudad de Cuenca, 1591-1603. Transcripción: Devorah L.Truhan y Luz María Guapisaca Vargas. Edición: Casa de la Cultura y Alcaldía de Cuenca. Talleres gráficos de la Casa de la Cultura Ecuatoriana “Benjamín Carrión” Núcleo del Azuay. 2010, Cuenca.






martes, 21 de noviembre de 2017




EL TEJAR  DE CUENCA, SIGLO XVIII.

Por: José Luis Espinoza E./2017.



ANTECEDENTES.
Un bosquejo de los Tejares de San Sebastián en 1764, elaborado por un litigio de tierras con Juan Rondón, nos permite hoy dilucidar algunos aspectos relacionados con la ciudad de Cuenca. El tema cobra importancia en cuanto conoceremos muy poco de cómo estaba configurado ese sector al occidente de Cuenca y la infraestructura con la que contaba la ciudad en el S. XVIII. El croquis colonial ha permitido ser identificado exactamente en el sitio actual, por lo que en este estudio  analizaremos además algunos aspectos importantes de la historia local,  no tratados todavía. El esbozo, es de propiedad del señor Enrique Muñoz Larrea y fue tomado de la portada del Cuarto Libro de Cabildos, editado por la XEROX del Ecuador.

LOS TEJARES.
Los Libros de Cabildos tempranos de Cuenca, refieren de la existencia de los tejares al occidente de ciudad en donde hasta la actualidad conocemos con el nombre de El Tejar. El lugar del bosquejo incluye precisamente lo que hoy son Las Pencas,  parte alta  frente al Hotel Oro Verde, hasta la vía de San Pedro del Cebollar.
Los Tejares, seguramente fueron ubicados allí desde muy temprano en la colonia por los españoles debido a que la calidad de la tierra era la más apropiada para la elaboración de tejas y ladrillos, una innovación europea en la nueva ciudad de Cuenca y que poco a poco fue creciendo y tomando importancia.
Más hacia Sayausí estaban también localizadas las Caleras que fueron utilizadas temprano en la edificación de las casas coloniales de Cuenca y también en este mismo lugar se encontraban las minas de mármol con que fueron cubiertas algunas fachadas de casas de comienzos del S. XX como son los grandes bloques del sócalo de la Catedral Nueva, la fachada de la Iglesia de San Blas, Banco del Azuay, Casa de la Bienal, entre otras construcciones.
Actualmente ladrilleras tejares y la extintas minas de cal y mármol han sido absorbidas por el desarrollo y el urbanismo y  no queda más que sólo modernas viviendas.

EL MOLINO DE AGUA.
Este canal de agua se llamaba “Río de molino” y que al parecer se remonta a la época precolombina, la toma estaba localizada a orillas del río Tomebamba, más abajo del río Balzay en las actuales calles César Andrade entre la 3 de Noviembre y la Ordoñez Lazo, desde donde atravesaba por un puente de arco sobre el ríachuelo Sacay, precisamente en la actual calle de Las Totoras en donde existe el puente de arco colonial por dónde pasaba el agua,  luego a la altura de la Virgen de Milagro cruzaba la moderna vía a Sayausí y bajaba a Cuenca por el filo del Barranco paralelo “al  camino grande de Bola”.  Seguía  por el barranco, frente al actual Hotel Oro Verde hasta las calles de las Pencas y El Tejar sector en el cual el canal se dividía en dos ramales, uno seguía por las calles las Pencas, Cayambe, calle Santiago Montalbán cruzaba la quebrada del Calicanto sobre el riachuelo Gallinazo y continuaba por la actual calle del Molino, pasaba a Cristo Rey bajaba a la calle Munoz Vernaza y B. Malo en donde los españoles construyeron temprano un molino de granos con dinteles incas traídos seguramente desde Pumapungo , en este sector lo llamaban por los años 50´s el “Cuchi Molino”, luego seguía por la actual III Zona Militar Hacia el Vecino y continuaba hacia “El Regadío” en Totoracocha  (Espinoza, 2011).

El otro ramal del molino, partía luego de pasar el puente de arco en el Parque del Tejar y bajaba por el barranco hacia San Sebastián. Evidencias de su paso se encuentran todavía en el Barranco atrás del Supermaxi en un área verde paralela a la calle de Los Laureles. En el Museo Arte Moderno se puede observartambién aún parte del canal que bajaba hasta Pumapungo en donde se encontraba el famoso baño ceremonial inca, construido con  sillares de piedra blanca y sobre el cual en 1542,  Núñez de Bonilla, sobrepuso el molino de granos.
Una foto de 1963, muestra todavía un poco el recorrido y la división de este molino de agua a la altura de Supermaxi en la Ave. de Las Américas.


EL PUENTE DE ARCO DE LADRILLO Y EL CANAL DE AGUA.
El arco o puente por el que atravesaba el canal, se encontraba en el cruce actual de las calles del Tejar y Las Pencas, lugar en dónde estaba todavía hasta hace unos diez años. Debajo del arco pasaban las aguas de la “quebrada seca de donde bajan las aguas cuando llueve”. Actualmente el lecho de la quebrada es una calle rellenada y el arco ha sido destruido o quizá se encuentre soterrado cerca al Parque del Tejar, en el lugar existen unas canchas y una pequeña área verde. Los moradores del lugar y aún los jóvenes todavía recuerdan haber visto el puente de arco de ladrillo colonial.


EL CAMINO DE CUENCA AL OCCIDENTE Y A LA COSTA.
En el bosquejo se encuentra el camino que partía desde Cuenca hacia Molleturo y la costa, se indica: “este es el camino Real… camino grande de Bola que baja para Cuenca…”. Vale  recordar que el Puerto de Bola era un puerto  exclusivo de propiedad exclusiva de la ciudad de Cuenca.


LOS TEJARES DEL REY.
Junto al puente arqueado del molino se observa una especie de torre, cerca a uno de ellos,  se dice que son los tejares del Rey, seguramente para distinguir de los tejares particulares que para esa fecha, tenían las iglesias, principalmente.


TIERRAS DE ALONSO PREGONERO.
Más arriba del canal, tenía sus tierras Alonso el pregonero. Los pregoneros eran quienes anunciaban algunas decisiones que tomaba el Ayuntamiento las cuales eran dadas a conocer a los vecinos de la ciudad; ellos lo hacían en alta voz usualmente en la Plaza Mayor.

TIERRAS DE ADRIÁN ORTÍZ.
Sobre las tierras del pregonero se lee también: “tierras de Adrían Ortíz y heredero del Ministro Diego Patiño de Narváez”. Al parecer Patiño de Narváez siendo sacerdote, tuvo algunos herederos.
Diego Patiño de Narváez, fue sacerdote de San Blas y también tenía seis hectáreas de tierras en Pumapungo, por 1660 murió y Juan de Velasco presentó  una demanda en los juzgados locales, en la que dijo ser hijo y heredero por derecho de Patiño (Jamieson 1999, 143).

EL CAMINO A SAN PEDRO DE CEBOLLAR.
En la parte superior del bosquejo dice: “Camino que baja de la sierra para la ciudad de Cuenca”, se trata de  la actual avenida llamada Abelado J. Andrade que va hacia San Pedro del Cebollar. De lo que se puede apreciar, esta vía ya estuvo allí desde aquella fecha.

PUTUCÍO.
En el extremo izquierdo de bosquejo se lee: “de esta parte en más de una legua está el sitio de Putucío”. Se trata del actual San Miguel de Putushío o el Pitoxio de la fundación de Cuenca , sector límite  al occidente de Paucarbamba.

CONCLUSIONES:

1.- Ladrilleras y tejares estaban localizadas en este sector desde los inicios de la ciudad española de Cuenca hasta 1980, cuando el crecimiento urbano destruyo gran cantidad de estas fábricas.
2.- En el bosquejo colonial se encuentra la unión o cruce del canal de agua con  “el camino grande de Bola”; lo que coincide en el terreno actual con la calles del Tejar y las Pencas, justo en el Parque del Tejar.
3.- Hasta el sector llegaba el “Molino de río” desde dónde se dividía en dos ramales; el un ramal bajaba por el filo del Barranco hasta Pumapungo y el otro tomaba la parte alta irrigando las tierras de Cullca, llegando hasta Totoracocha.
4.-La existencia de dinteles incas en el Molino hidráulico para moler granos en Cullca permite concluir de que este molino temprano era contemporáneo al de Todos Santos. Por otro lado, a comienzos de la Colonia se menciona a Cullca como Los depósitos, lo que nos hace colegir entonces de que esas tierras eran productivas y de que ya estaban irrigadas por el canal de agua de Cullca.
5.- Si en Todos Santos en 1542 Núnez de Bonilla instaló su molino hidraúlico debido a la existencia de una fuente de agua que abastecía anteriormente a unos baños rituales incas; se podría deducir entonces de que este canal ya existía desde tiempo de los Inkas.
6.- Durante este trabajo, algunas personas de avanzada edad, manifestaron que más arriba del moderno canal de agua potable del Cebollar, existió un canal de riego de tiempo de los Inkas, del cual dijeron que  casi no quedaba rastro alguno, sólo existe en la memoria de ellos y vale dejarlo escrito.


BIBLIOGRAFÍA:
- Achig, María Cecilia et al. 2008. Planos e Imágenes de Cuenca. EditorBoris Albornoz. Ilustre MunicipalidadCuenca.

-   uarto  Libro de Cabildos, 1575-1578. 1982. Transcripción, Juan Chacón Zh. Archivo Hisrico Municipal / Xerox del Ecuador, Cuenca.

-          Espinoza E. José Luis. El molino de Cullca y los dinteles incas. El Mercurio,  Noviembre 3 del 2011, Sección  Cuenca Hermosa: 4F, 5F, 6F, Cuenca.

-       Jamieson, Ross W. 1999. Domestic Architecture and Power. The historical Archaeology of Colonial Ecuador. New York: Kluwer Academic/Plenium Publishers.