martes, 29 de noviembre de 2011

CUENCA, PAISAJE CULTURAL Y NATURAL

Por: José Luis Espinoza E. /2009


 PROPUESTA  PREVIA  LA DECLARACION DE “BIEN DE UTILIDAD PUBLICA O DE INTERES SOCIAL” DE LAS COLINAS RITUALES PRECOLOMBINAS Y DE SUS RESPECTIVAS AREAS NATURALES LOCALIZADAS EN LOS ALREDEDORES DE LA CIUDAD DE CUENCA.

ANTECEDENTES
Son funciones inherentes de las autoridades de las instituciones culturales y ambientales de Cuenca, investigar, preservar y difundir los valores culturales y ambientales de Cuenca y su área de influencia. En este contexto, debe promoverse la declaratoria de “Bien de Utilidad Pública o de Interés Social” de  un corredor cultural y natural localizado en los alrededores de la ciudad de Cuenca.

La zona del proyecto comprende una serie de colinas que se ubican al norte, sur, este y oeste de la ciudad de Cuenca, junto a los ríos Tarqui, Yanuncay, Tomebamba, Machángara y Cuenca. Las colinas cuentan en sus cimas con abundantes remanentes culturales y ambientales, no investigados todavía;  eslabones únicos y desconocidos de la prehistoria cuencana, corresponden posiblemente a los “Cañaris” precolombinos (500 a. de C. al 500 d. de C.) y  a los incas (1460-1532), ancestros directos de los actuales pobladores de la ciudad de Cuenca.

La altura de los cerros no sobrepasa los 4.000 m.s.n.m. y gozan de una vista excepcional hacia el valle donde se asienta la ciudad de Cuenca, así como también del lado oriental, lugar potencial y de inminente crecimiento de la ciudad de Cuenca. Los montes en mención, son: Pachamama, Guagualzhumi, El plateado, Curitaqui y la laguna aledaña de, Quituiña. Más al sur se encuentran agrupados y en fila, el Halzhi-Cruzpamba, Cabullín, Rayoloma, Huanacauri, Gapal, Ictocruz Huacanguilla ohuca  de la luna, Yahuarcocha,  Verde, Monjas o Viripucara, y El Calvario (Papaloma). Al occidente le siguen el Huizhil Barabón y Cabogana con una serie de atractivos culturales y naturales.

La función ritual de estos sitios está determinada por su ubicación, ocupan preferentemente áreas planas en las cumbres de las colinas mencionadas, se encuentran en lugares no aptos para vivienda, no existen fuentes de agua cercanas; los terrenos son empinados y no idóneos para la agricultura. La posición este-oeste, la proximidad al gran valle de Cuenca y la presencia de los ríos en sus partes bajas, pudieran corroborar quizá, con su función. Esta área emblemática conforma una “Geografía Sagrada de Cuenca”, un lugar estratégico y privilegiado, donde antiguamente sus habitantes rindieron culto a sus deidades supremas. En este valle sagrado se emplazaron  los cañares prehistóricos, de Guapodeleg cañari,  la Pumapungo inca y  la Cuenca hispana.
Entre estos sitios se encuentran dispersos los asentamientos humanos más antiguos de la región, como  Challhuabamba de hace 4.000 años. En el Plateado se han registrado evidencias de fósiles del periodo Terciario. El Curitaqui, sitio arqueológico, registra leyendas orales trascendentales y centenarias. La laguna de Quituiña, única en este valle, recoge varias leyendas y constituye un recurso potencial para el turismo moderno. Cerca de las colinas referidas, en el sector de Jadán,(Hanan), sobreviven aun los últimos cañares o posibles mitimaes en el Azuay, de quienes no existe estudio alguno. Al occidente, en la misma ciudad de Cuenca se encuentran también evidencias de asentamientos que vienen desde hace 4.000 años. Por el Pachamama y Gapal atraviesa  un segmento el Qhapac Ñan, importante arteria inka que unía a Quito con Cuzco, también candidato al título de patrimonio mundial. Esta arteria, consta como obra prioritaria de rescate,  en la Constitución de la República. Una de las colinas, corresponde al Huanacauri, segunda divinidad inka después del Sol, y lugar en donde los miembros de la Misión Geodésica Francesa hicieron las triangulaciones en el siglo XVIII, el sitio se encuentra justo al lado oriental de Pumapungo. En las faldas del Huanacauri vía al Santuario del Niño de Praga, una colonia de cigarras chillan puntualmente a las 5: 55, durante 10 minutos, todos los días. En Turi, lugar turístico y balcón de la ciudad, todavía acuden los romeriantes del Señor de Belén a depositar sus ofrendas y  llevan un poco de las rocas de la cueva  que  “bendicen” y “fertilizan” sus chacras.
El área en mención actualmente se encuentra amenazada y soporta una fuerte presión de deterioro, atribuida al permanente uso de los recursos energéticos  a lo largo de miles de años y a los embates de la modernidad como son la incontrolada expansión urbana, la deformación del paisaje por efectos de la minería, la erosión y donde se pretende la forestación con especies exóticas que han destruido aún más los suelos con  la consecuente desaparición de flora y fauna nativas.

La explosión demográfica y urbana de Cuenca han permitido que por las cañadas que fluyen entre estas colinas como las quebradas de Guzho, Mal Paso, El Salado y Ucubamba; la ciudad, se expanda hacia el lado oriental, lo que estimula a que las colinas en mención, comiencen a poblarse, creándose suburbios en áreas de alto riesgo para asentamientos humanos; acción que preocupa en el sentido de que podrían desaparecer estos espacios de alto valor simbólico.

Es tema central de esta propuesta no es sólo el rescate de nuestra cultura, sino, el generar en esta zonas, un símil de parque metropolitano “protegido”, que provea de oxígeno a esta ciudad, relativamente grande y conflictiva; de convertirla en una zona de entretenimiento y de que se convierta en un atractivo turístico que dinamice la economía local, en la que se reivindiquen  espacios culturales como identitarios de los cuencanos.

A futuro cuando Cuenca crezca y sea una sola con Azogues, la ciudad, será tan grande que  se iniciará en Tarqui y terminará en Biblián; para entonces, estas áreas protegidas serán los únicos pulmones verdes que  quedarían al centro la gran ciudad. Este pronóstico no tardará mucho tiempo si consideramos las proyecciones de crecimiento demográfico que ha tenido los últimos cincuenta años,  la ya estresante ciudad de Cuenca.

Por las características geográficas, ambientales, culturales y paisajísticas de estas colinas, existe, la instancia de proponer a la UNESCO, para que se agregue a los títulos de “Cuenca Patrimonio Cultural de la Humanidad” y al del Cajas como “Humedal de Ramsar”; además, la categoría de “Paisaje Cultural”, titulo honorifico internacional que ese Organismo otorga a lugares excepcionales, legalmente protegidos y será la oportunidad también para reanudar la gestión para la adhesión de la zona del Cajas, en la categoría de “Paisaje Natural”.

Es política del Gobierno Central, que el Ministerio de Turismo,  promueva hasta el año 2.020, un plan de  programas y proyectos turísticos que permitan sustentar a futuro la economía y desarrollo de Ecuador, por lo que este proyecto, estaría en perfecta concordancia con “PLANDETUR” (Plan de Desarrollo Turístico).

Este proyecto es integral y sus orientaciones son de tipo ambiental, cultural, social  económico, urbanístico y turístico por lo que, en definitiva se enmarca perfectamente en el ámbito del “buen vivir” de los cuencanos, asunto previsto en la Nueva Constitución de la República del Ecuador.
Esta iniciativa involucrará, a futuro, la coordinación con otras instituciones como el Ministerio de Turismo, La I. Municipalidad de Cuenca, El INPC, Juntas Parroquiales y Comunidades implicadas, entre otras instituciones y/o personas vinculadas al tema.

Pocas ciudades son tan afortunadas de contar con tantos componentes valiosos juntos, razones y justificaciones sobran, por lo que es imperioso, de que estas áreas sean urgentemente protegidas y puestas en valor en beneficio de la ciudad de Cuenca y de las futuras generaciones.

OBJETIVO GENERAL
Contribuir  con la investigación, preservación y difusión de los valores culturales ancestrales y naturales de Cuenca y su área de influencia, enfocados en aspectos ambientales, sociales y económicos.

OBJETIVOS ESPECIFICOS
-          Elaborar una investigación científica-técnica, etnohistórica y geográfica de los cerros rituales precolombinos en torno al sitio arqueológico de Pumapungo.
-          Preparar una propuesta preliminar previa la declaratoria de “Bien de Utilidad Pública o de Interés Social”.

METODOLOGIA
El  estudio contaría con tres fases; la primera comprenderá el capítulo de diagnóstico, que contendrá la información con todas las características de la zona y se manejarán los respectivos mapas temáticos para cada tema a ser analizado, dichos mapas tendrán como fuente la información levantada en campo por cada uno de los técnicos y la solicitada a los respectivos entes de competencia.

En un segundo momento se realizarán los respectivos cruces de variables y análisis de la situación del territorio, para en una tercera fase plantear las posibles alternativas de manejo y potencialización de la zona, con su respectiva valoración ambiental, histórico- cultural y turística.

La Línea Base o Diagnóstico contará con los siguientes contenidos:

I.-AMBIENTAL
Marco legal
Climatológica
Geomorfología
Geología
Pendientes
Hidrología
Zonas de vías
Especies endémicas
Especies en peligro de extinción
Valor paisajístico

II.-SOCIO-ECONOMICO
Indicadores sociales
Población
Analfabetismo
Servicios básicos, etc.

III- ARQUEOLOGIA E HISTORIA DEL AREA:
                   Información relacionada con el área.
                   Georeferenciación de las áreas culturales
        Paleoindio o pre cerámico
                    Formativo Tardío
                    Desarrollo Regional
                    Integración
                    Inca
                    Colonial
                   
El análisis de la situación actual al territorio y sus posibles alternativas de manejo y proyectos serán realizados a través de un SIG (Sistema de Información Geográfica), lo cual proveerá las herramientas fundamentales para la toma de decisiones a futuro, todos los “shapes” y bases de datos generados serán entregados en formato digital e impreso dentro del documento final donde se presentará la valoración y respetivas alternativas de proyectos: ambientales, culturales, turístico y económico para la zona de estudio. 



sábado, 26 de noviembre de 2011

CUENCA: JEAN LOUIS DE MORANVILLE 1747 Y LA IMAGEN “SAN JOSE” DEL MUSEO DE LAS CONCEPTAS.



Por: José Luis Espinoza E.
 Historiador 04/2006

EL CUADRO                                                                       
El cuadro con código 2M6-20-89-a de San José, se encuentra en la sala de exhibiciones del Museo de Las Conceptas de Cuenca, corresponde a un óleo sobre lienzo de 124.5 cm. x 94.5 cm., policromado, con dorado. La ficha técnica registra como autor a “Juan de Moranville”, “firmado” y elaborado en 1747, retocado por Boadilla en 1813. En la cédula de de exposición consta erróneamente el año 1917.
 La descripción de la ficha técnica dice: “San José coronado amarca al niño que tiene en su mano una cruz latina. El Santo lleva una vara de Azucenas. Viste túnica verde con flores doradas y manto café bordeado de dorado. El niño túnica roja con flores doradas, fondo de cielo azul con nubes. San José lleva corona con imperiales y el niño potencias”.
En observaciones e información adicional, la ficha registra  los siguiente”: “El cuadro está íntegramente repintado, el original de Moranville solo se conserva una franja de pocos centímetros tanto en la parte superior como inferior del cuadro.”.El cuadro fue cambiado de bastidor y marco, limpiado y consolidado en 1988.
 ANÁLISIS
Si bien la ficha técnica menciona a Moranville como autor con firma, revisado el cuadro no existe ninguna rubrica.
En la parte posterior del lienzo se registra con letras en carbón o lápiz: “Dn. Juan de Moranville” y más abajo no muy legible, “1747”. En la parte inferior dice en letra manuscrita  de color azul: “Se retocó por Boadilla año de 1813 #”. Tanto las letras del lado superior como las del lado inferior son diferentes y corresponden a cada una de las fechas especificadas en el cuadro.
Las letras grandes en negro de la parte superior del cuadro son legítimas es decir que el cuadro probablemente si fue pintado por Moranville  en 1747, fecha que coincide con la permanencia de este personaje en el actual Ecuador. Pero la anotación, no corresponde a la firma y tampoco fue escrito por Moranville, puesto que de haberlo escrito el mismo su nombre, lo habría puesto “Jean”; lo de “Dn”, implica que fue otra la persona  quizá conocida, quien realizó dicha  anotación.
Las letras manuscritas en azul de la parte inferior, seguramente, pertenecen a Boadilla, el retocador del cuadro de 1813. Hemos de asumir que Boadilla al “retocar” o repintar el cuadro en 1813, pudo quizá constatar  la firma de Moranville si es que lo tuvo y es probable que  al retocarlo lo pintara y borrara. Sobre el autor y la fecha  del cuadro los datos indican que la obra es auténtica, puesto que a nadie se la habría ocurrido poner  nombres y fechas aventuradas  al reverso del cuadro por simple  y pura casualidad.
Respecto a la imagen de San José retocada por Boadilla, es dudoso de que se trate de la  imagen original hecha por Jean de Moranville. Evidencias de pintura encontradas en los bordes extremos del cuadro que fueron dejadas al descubierto con el cambió del bastidor y marco, permiten plantear la hipótesis, de que el cuadro supuesta mente pintado por Moranville no sea el mismo San José que  hoy vemos. Algunos brocados dorados del manto de la anterior pintura no encajan con el actual San José, por lo que pudiera corresponder a otra imagen, por determinarse a futuro.
El cuadro posiblemente fue pintado en Cuenca, pero no hemos  de descartar de que pudo ser pintado en Quito o Riobamba en donde también permaneció Moranville, y que posteriormente fuera traído a Cuenca.
RADIOGRAFÍA
Puesto que no conocemos cual es la verdadera imagen de Moranville anterior al actual  San José, es preciso que una radiografía del cuadro  permita revelarnos la verdadera imagen original hecha por Moranville. Para el efecto, se está pidiendo autorización de la Directora del Museo de la Conceptas Sra. Clara Jaramillo, quien espera tomar una decisión, una vez que se cuente con el  informe  de la propuesta radiográfica.
Por otro lado, la Restauradora de Bienes Culturales Ximena Pulla, se encuentra realizando la propuesta adecuada de radiografía que pudiera  ser aplicada al cuadro  para no provocar en lo mínimo daño alguno. Se espera también la colaboración de un laboratorio radiológico y de algún filántropo cuencano,  que se nos permita dilucidar el enigma.
JEAN LOUIS DE MORANVILLE
Jean Louis de Moranville de profesión ingeniero, era miembro de la Misión Geodésica Francesa que acompañaba a Charles Marie de la Condamine, encargado de hacer los gráficos, dibujos y muy hábil para la pintura. Realizó el primer dibujo de la Cascarilla o Cinchona en 1738, planta de la que se extraía la quinina que sirvió para curar de la Malaria, enfermedad que asolaba al mundo de aquel entonces. En 1741, levantó un plano de la ciudad de Quito. En 1748 diseñó las torres del santuario de El Quinche, cerca de Quito.
En 1745, inició el regreso de los científicos de la Misión  a Francia; claro  que Moranville, jamás regresaría. Por lo tanto se deduce, que el cuadro fue pintado luego de que terminaran sus funciones en de la Misión y  se quedara voluntariamente en la Presidencia de Quito[1].
En 1749, según el “Diario de Viaje al Ecuador”  del  Sr. De  La Condamine; Moranville y su compañero Hugot escribieron una carta a Paris, en la que le comunicaron que se encontraban en Quito, deseosos de regresar a Francia (De La Condamine 1986, 184).
Una referencia de Salvador Lara 1992,234, recogida por Germán Rodas Chávez, asevera  que  Moranville y Hugot estuvieron trabajando entre 1753 y 1755, en la explotación de las minas de plata  de Cundurguachana en el Pichincha (Rodas Chávez 2003,7).
Las fechas de fallecimiento de Moranville no coinciden ni son exactas, pero autores como Omar Pinilla señalan que fue 1774. Morainville colaboraba en la construcción de la  iglesia de Cicalpa, de la antigua ciudad de Riobamba[2] hoy cantón Colta, cuando le cayó una viga que lo mató.

BOADILLA, PROBABLE “RETOCADOR” DE 1813
Sobre este autor no tenemos referencia alguna, sin embargo este relato pudiera contribuir a darnos pistas al respecto. En un expediente del Archivo Eclesiástico de Cuenca consta el descubrimiento que hizo el padre misionero Antonio José Prieto de los “Jìbaros” de Gualaquiza y Bomboiza; en este documento, se encuentra una declaración juramentada de José Joaquín de Boadilla  con fecha 12 de diciembre de 1817 (Landívar Ullauri 1977,63). Boadilla según esta declaración, acompañó a la expedición por lo que manifiesta que no sólo eran necesarios seis u ocho hombres armados para el resguardo de los misioneros sino  de doce hombres y también agrega que fue padrino de bautizo de cuatro “párvulos jibaros”. En la declaración se dice de Boadilla ser “vecino de esta ciudad”, lo que implica que Boadilla residía en Cuenca.
Este apellido un tanto extraño, no es común en la ciudad por lo que pudo tratarse de algún misionero que estaba vinculado con la Iglesia cuencana y por lo tanto relacionado con el convento de Las Conceptas. Las fechas 1813 del retocador del cuadro y 1817 del expedicionario son relativamente contemporáneas, lo que nos hace deducir que se tratase del mismo Boadilla.
Por otro lado, el nombre de Boadilla el expedicionario es José, que coincide con el nombre de San José del cuadro “retocado”. La tendencia de una persona a identificarse con los santos en esa época, debió ser  fuerte y pudiera explicar el por qué del nombre del cuadro.
Esperemos que futuras investigaciones pudieran proveernos de mayor información que   nos permitan aclarar este asunto, de pronto dejamos planteada esta eventualidad.


Bibliografía:
- La Condamine, Charles­_Marie . Diario del viaje al Ecuador. Introducción Histórica a la Medición de los tres primeros grados del Meridiano. 1986 [1751] Coordinación General del Coloquio, Ecuador 1986.Editorial Politécnica. Quito, Ecuador.
- Rodas Chávez, Germán. J. DE MORAINVILLE Y EL PRIMER DIBUJO UNIVERSAL DE LA QUINA O CASCARILLA.JB.
- Landivar Ullauri, Manuel Agustin.1977.GUALAQUIZA BOMBOIZA Y ZAMORA A COMIENZOAS DEL S. XIX. Centro de Documentación e Investigación del Mundo Shuar. Sucúa, Ecuador.





                                         
                                                     
                                                    San José de Boadilla con corona, 1813.


                                                   San José de Moranville, sin corona, 1747.





[1] Nombre con el que se conocía hasta ese entonces al territorio ecuatoriano, fue precisamente  a partir de la visita de Misión Geodésica, cuando el País cambió de nombre a Ecuador.
[2] La antigua Riobamba se destruyó totalmente con el terremoto de 1797.