jueves, 19 de enero de 2012

CUENCA, SAN BLAS 1557




Por: José Luis Espinoza E. / 2009                               
                                                          

LA PRIMERA PIEDRA
La historia tradicional de Cuenca, no le atribuye a  San Blas un nacimiento tan temprano, sin embargo; un bloque de mármol  fue encontrado el 4 de agosto de 1947 (Banco Central, 4252), a un metro y medio de profundidad, en la base de uno de los cimientos del templo, cuando al parecer  se derribaba la iglesia colonial.
La piedra es genuina y está fechada en 1557, año de la fundación de Cuenca. El texto tallado a mano sobre una superficie porosa no muy legible, dice lo siguiente: “En el año del Sr. de 1557 a 3 de Mayo se colocó  la pra piedra de esta Sta. Iglesia de Sn Blaz siendo cura propio (?)  el Dr. Jn  Muz y Galán[1]. Es decir la piedra se hizo para la ermita, un mes después de la fundación de Cuenca.
Es evidente que se trata de la primera piedra para una capilla pequeña probablemente de piedra, bahareque o adobe,  techada de paja. Se ubicaba en la vía colonial principal  (hoy calle Bolívar), que comunicaba al centro  de la nueva y reciénte fundada ciudad de Cuenca con la antigua y única vía inca  que unía a  Quito con Cuzco (actual av. Huayna Capac).

El bloque esquinero mide 0,57 cm. x 0,35 cm.,  es de mármol local estriado de color rosado  que había en los alrededores de Cuenca, por Baños, El Tejar, Ochoa León y Santa Rosa en Checa. De forma trapezoidal y almohadillado, nos haría suponer  que se trata de una piedra inca; sin embargo, al parecer es un sillar de mármol colonial seguramente hecho por talladores de piedra con tecnología[2] inca.
El uso de piedras de mármol es más usual en la Colonia; sin embargo, hace pocos años se hallaron tumbas precolombinas[3] en Zhinglla, Corpanche parroquia Checa[4], las que fueron tapadas con planchas del mármol rosado criollo, probablemente obtenidas de las minas cercanas de Santa Rosa y que fueron explotadas industrialmente a finales del siglo XX.

DIEGO PATIÑO DE NARVAEZ
Fue sacerdote de San Blas y tenía seis hectáreas de tierras en Pumapungo, por 1660 murió y Juan de Velasco presentó  una demanda en los juzgados locales, en la que dijo ser hijo[5] y heredero por derecho de Patiño; además afirmó que desde 1660 a 1690 había removido gran cantidad de piedras, aplanado el terreno muy escarpado y construido paredes[6] para plantar maíz, lo que le había costado mucho (Jamieson 1999, 143).
Llama la atención que Patiño de Narváez cura de San Blas tuviera tierras[7] muy cerca en Pumapungo, lugar emblemático, donde se emplazaba el importante centro religioso político y administrativo inca. Sería interesante conocer cómo es que llegó el sacerdote a ser  dueño de esas tierras. Es probable que este vínculo tuviera que ver con la “extirpación de idolatrías[8] quizá practicado tardíamente en Cuenca.
Por 1753 la esposa de Josef Riquetti adquiría seis cuadras de tierras en Pumapungo (Chacón Zhapán 1990, 216). La propiedad de Pumapungo coincide con las dimensiones de la propiedad actual del Banco Central, lo que nos permite deducir que probablemente se tratara del mismo cuerpo de terreno que  todavía quedaba de Pumapungo por 1660.
LA PORCELANA GRANDE DE LA CHINA
Entre los objetos personales inventariados del difunto Patiño de Narváez en San Blas,   constaba entre otras cosas, una “porcelana grande de la China”. Estas eran comercializadas desde muy temprano en la Colonia por barcos españoles que venían desde  Manila[9] con mercancías de la China. Estos objetos suntuarios estaban destinados a casas de las pocas familias adineradas de Cuenca.

REMIGIO CRESPO TORAL

Por otro lado, la existencia de una porcelana china de la dinastía Ming, en el Museo de la Ciudad, “Remigio Crespo Toral”, nos permite formular la hipótesis de que la porcelana de Patiño de Narváez, pudo llegar con el pasar de los siglos y a través de diversos medios, a manos de Remigio Crespo Toral, un personaje de mucho talento, cultura y dinero de fines del siglo XIX y comienzos del XX. Una fotografía vieja (Banco Central, 1784) tomada por 1920 del salón clásico de la familia Crespo, muestra la porcelana grande de la China colocada sobre un pedestal, como parte de la decoración en la sala de la casa. ´
La porcelana  de 0.65 cm. de alto x 58 cm. de diámetro, es de color azul cobalto sobre blanco, decorada alrededor en la base y cuello con brotes estilizados de bambú,  el cuerpo lleva flores estilizadas de peonias[10]. Este estilo de fabricación rápida, era muy característico de las porcelanas para exportación  en la China del siglo XVI.

Luego de la muerte del Dr. Crespo T. en 1939, al parecer, sus herederos vendieron la porcelana al Sr. Paulino Vintimilla, un anticuario conocido de la ciudad, de aquella época. Posteriormente, la compleja mansión de la familia Crespo fue adquirida por el Ayuntamiento cuencano y pasó a constituirse en el primer museo de la ciudad de Cuenca. El Museo por coincidencia en 1957, cuando la Ciudad cumplía el cuarto centenario de  su fundación española; adquirió por compra el jarrón, entonces la porcelana retornaba a su última morada para quedarse allí para siempre!.
María Dolores Donoso bisnieta de Remigio Crespo T. (Comunicación personal); manifiesta,  que el segundo apellido del padre de Remigio Crespo era Patiño, lo que pudiera  sugerirnos un lejano parentesco con el cura Patiño de San Blas y por lo tanto, nos permitiría entender mejor la procedencia de la referida porcelana.
La porcelana china posiblemente sea el único ejemplar existente hoy en Cuenca no obstante, la opulencia económica de algunas familias cuencanas; por lo tanto, es muy  probable que se tratase de  la misma porcelana de hace trescientos cincuenta años, la misma  que  perteneciera al cura de San Blas, Diego Patiño de Narváez.



Bibliografía:

-                            Comunicación personal, María Dolores Donoso, Cuenca 26 de noviembre del 2010.

-                            Chacón Zhapán, Juan. 1990. Historia del Corregimiento de Cuenca (1557-1777). Quito: Banco Central.
              
-                            Fototeca de la Biblioteca del Banco Central: # Inv. AHF4252, AHF01784. Cuenca.


-                            Jamieson, Ross W. 1999. Domestic Architecture and Power. The historical Archaeology of Colonial Ecuador. New York: Kluwer Academic/ Plenium Publishers.







[1] Las s constan como f, acorde al español antiguo.
[2] Muchos elementos de tecnología inca rebasaron la colonia hasta el siglo XVIII, e incluso sobreviven hasta hoy.
[3] Una visita a las tumbas realizada  en el 2010 con la historiadora Devorha Truhan y la arqueóloga María Cordero  de la U. de Pittsburg, dejan ver que no ha quedado absolutamente nada, del bullado hallazgo.
[4] Toponimia similar existía en el siglo XVI en Chachapoyas Perú, según Cristóbal de Albornoz, pero también existen apellidos españoles similares.
[5] El que los curas tuvieran hijos no es cosa reciente,  lo de Velazco seguramente le  viene del lado materno.
[6] La descripción de Velasco,  nos hace suponer que se trata de las ruinas incas  de Pumapungo y que esos trabajos los realizó en los declives  del barranco, o sea en las terrazas del complejo arqueológico.
[7] Patiño, también tuvo tierras  por San Sebastián como evidencia un croquis de1764,  de la portada del Cuarto Libro de Cabildos, editado  en Cuenca por la Xerox en 1982.
[8] Cieza de León, quien pasó por la provincia de Tomebamba hacia 1547, señala complacido de que los templos de los indios  ya se encuentran derribados, por lo que al parecer los “extirpadores” de idolatrías, no tuvieron mucho trabajo que hacer  en estas tierras.
[9] Manila era para entonces colonia española.
[10] Flores bulbosas típicas de la China y Japón e inexistentes todavía en Cuenca.


Derechos de autor, puede copiarse citando fuente. Cuenca 2012.

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